El primer y gravísimo error es el nombre que despista al usuario. La mención a los años ochenta ofrece expectativas de encontrarse un contenido acorde a tal época, en cambio, todas las referencias a la cultura de masas apuntan a la década posterior que fue en la que realmente estos chicos desarrollaron su infancia.
El vídeo que nos da la bienvenida es cutre y carente de gracia, tal vez ellos se divirtieran mucho haciéndolo, pero a nosotros nos resultaría más entretenido interpretar los evangelios apócrifos en su versión en armenio o participar en una orgía de erizos epilépticos que tener que volver a pasar por la tortura de su visionado.
Las secciones están muy bien orientadas a los nostálgicos de la época pues recogen una completa colección de su universo infantil/juvenil. Sin embargo, entremezcla series identificativas de aquellos tiempos con otras comunes a múltiples generaciones como Marco, por ejemplo. Tal vez, deberían haberse centrado en contenidos más exclusivos de su generación.
Además hay descontextualizaciones un poco extrañas, la que nos ha dejado patidifusos y al borde de un colapso neuronal -sólo comparable al que tuvo José María Aznar "el Joche" en su visita a Texas- es la presencia del "temazo" de Concha Velasco La chica Yeyé entre los éxitos musicales de aquellos tiempos. Eso se aproxima tanto a la realidad como que el velociraptor era el animal de compañía típico (yo tuve tres, dos hembras y un macho al que le gustaba disfrazarse de folclórica).
El acceso a las distintas secciones es muy sencillo y además se ofrecen los correspondientes enlaces a vídeos. El diseño a modo de colorido collage infantil es apropiado a la temática aunque entorpece un poco su visionado dejando cierta sensación de confusión.
Nota: 2,5 patas de conejo y una rótula.
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